
La brújula es un instrumento que cuenta con una aguja magnetizada que tiene libertad de girar alrededor de un eje. La aguja se orienta indicando la dirección y el sentido Norte-Sur magnéticos del lugar en que se encuentra.
Las agujas de las brújulas modernas son metálicas, y uno de los metales es el acero al tungsteno. El resto de los materiales que componen el instrumento no deben ser metálicos, es decir son de vidrio, plástico, etcétera.
¿Cómo funciona?…
Pues bien, la Tierra internamente posee un gran imán, donde el polo Sur magnético se encontraría cerca del polo Norte geográfico. A su vez la brújula contiene la aguja imantada con polo Norte, es decir opuesta (magnéticamente) al polo Sur de la Tierra. Por física sabemos que dos polos magnéticos diferentes se atraen, el polo N magnético de la brújula es atraído hacia el polo Sur magnético de La Tierra (que aproximadamente está al Norte geográfico), entonces, la punta roja de la aguja señala hacia el Norte.
Sobre el origen de la brújula poco se sabe con certeza, pero pareciera haber sido descubierto en China y que fue Marco Polo quien la introdujo en Europa. Lo que si se considera como cierto es que habría sido descubierta (al menos el efecto físico) en Asia Oriental. Ahora bien, los chinos utilizaban un trozo de caña que contenían una aguja magnética que se hacía flotar sobre el agua, indicando el norte. Pero para que el “experimento” funcionase el agua debía estar calma, de lo contrario no funcionaba.
Polos magnéticos terrestres
El Polo Sur Magnético se encuentra a 1800 kilómetros del Polo Norte Geográfico. En consecuencia, una brújula no apunta exactamente hacia el Norte geográfico; la diferencia, medida en grados, se denomina declinación magnética. La declinación magnética depende del lugar de observación, por ejemplo actualmente en Madrid (España) es aproximadamente 3º oeste. El polo Sur magnético está desplazándose por la zona norte canadiense en dirección hacia el norte de Alaska.

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